¡Hola a todos los seguidores y seguidoras! (Traduzco: ¡Hola a mi mismo, yo del futuro, único lector de este pseudoblog!)
Como suponía que iba a pasar, una vez que estás de erasmus te olvidas de la ayuda que te prestaron todos los blogs de las personas que con un poco de esfuerzo fueron actualizando sus blogs. Es más, te olvidas directamente de los blogs y sólo te acuerdas de internet para el skype, facebook, twitter, google translator e imhd (página de transporte público de Bratislava).
La verdad que tengo muchas cosas que contar, muchas excursiones, muchos lugares, algunas fiestas, muchos nuevos amigos, pero eso vendrá en otro momento.
Ahora me gustaría contar que tal fue mi llegada a Eslovaquia, sí, la llegada. A tres de días de cumplir 2 meses de mi llegada voy a relatarla, intentad no juzgarme por las incongruencias, pero ¡han pasado casi 2 meses!.
Como seguramente haya comentado en algún post anterior, compré un billete para un vuelo Alicante-Bratislava con Ryanair el día 6 de septiembre de 2011.
En la estación de tren de Manzanares. Con el pelo corto, casi igual que ahora... |
Tocó levantarse temprano para coger el tren Manzanares-Alicante a las 10.30 de la mañana. Una vez en Alicante cogimos un taxi hasta el aeropuerto, algo que no me hacía mucha gracia ya que costó 16€, un precio bastante superior al autobús que pasa cada 20 minutos en la misma dirección y cuyo precio no supera los 3€ (irónicamente, uno de estos autobuses adelantó al taxi de camino al aeropuerto, supongo que llegaría algo después porque tenía pendientes más paradas).
Una vez en el aeropuerto hubo que buscar la ventanilla de Ryanair para el vuelo a Bratislava para facturar la maleta. ¡Sorpresa! Era demasiado pronto y quedaba un par de horas para abrir la ventanilla, asique a esperar por allí.
Una vez facturada la maleta con medio kg de más sin ninguna pega, hay que pasar por el control de seguridad. ¡Que caos! Llevaba los bolsillos llenos de cosas, todo a las bandejas; 4 cazadoras puestas, a las bandejitas; llevaba botas, a las bandejas; gafas, reloj, cinturón, cuchillos... bandejas. Pero lo peor no fue eso, fue pasado el control, recopilar las 104 bandejas y volver a guardar y a ponerte todo. Creía que ya había terminado cuando me disponía a irme a la terminal descalzo, ¡se me olvidaban las botas de 90 y pico €uros compradas unos días antes!
Lo peor no había pasado aún, lo peor es el tiempo de espera en la cola para subir al avión. "¿Me mirarán la maleta? ¿la pesarán? ¿la tendré que meter en la jaula para maletas para ver si cabe? ¿me dirán que si estoy así de gordo o es que llevo la ropa de una semana puesta?...". Muchas dudas, hasta que llega el turno de embarcar. Afortunadamente, había un tipo montando bronca porque no le dejaban subir con su bolsa de deporte como equipaje de mano y a los demás no nos miraban mucho.
Vista desde mi ventanilla, sobrevolando la isla de Fuerteventura |
¡¡Yuju!! Estoy dentro. Busco un sitio en el avión, coloco la maleta de mano en el portaequipajes, me siento al lado de la ventanilla, compruebo que no se puede tumbar el asiento :(, y ¡despegamos!.
Curiosamente, al ser una compañía irlandesa, las azafatas sólo daban las indicaciones en inglés (aunque hablaban español perfectamente), y sólo hablaban en español a la hora de querer vender algo.
Lo más chocante de todo el vuelo fue cuando más o menos estábamos por Italia. Al ojear la revista gratuita de Ryanair me encontré un artículo sobre el vino de Valdepeñas, más concretamente sobre el vino de Felix Solis. Quien iba a pensar que el único Valdepeñero del avión iba a leer un artículo de su pueblo sobrevolando Italia.
Artículo sobre el vino de Valdepeñas (the valley of stones) |
Como suelo ser un chico preparado, ya había quedado con otro chico español que vivía en el mismo Hostel que yo, para que fuera a recogerme. Y gracias a que estaba allí, porque el cansancio del vuelo hacía mella y solo quería cenar y acostarme.
Lo que me sorprende es que haya gente que se lance tanto a la aventura que llegue a un país completamente nuevo sin tener ni idea de como ir a su lugar de residencia, es más, sin ni siquiera tener apuntado el nombre ni la dirección de donde tiene que ir para preguntar a la gente.
Y esta es mi experiencia al volar con Ryanair.
Consejos: Si vais a volar con una aerolínea de bajo coste, poneos toda la ropa que podáis encima. Como se puede apreciar en la foto que hay por ahí arriba, iba con 2 cazadoras en pleno septiembre. Pero hay que pensar una cosa, sólo hay que llevarlas puestas media hora, al pasar el control para subir al avión se pueden volver a quitar y se pueden meter en la maleta de mano, o llevarlo en la mano durante todo el vuelo.